La caravana de migrantes que partió el pasado 24 de diciembre del estado mexicano de Chiapas con destino a Estados Unidos se desintegró el martes, al los cientos de personas entregarse a los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) luego de que prometieran atender sus casos.

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Tras avanzar un poco más de 100 kilómetros en nueve días, el grupo de migrantes aceptó subirse a los autobuses del INM en el municipio de Mapastepec, para viajar a la ciudad de Huixtla, en donde podrán tramitar documentos migratorios.

Los agentes migratorios invitaron a los cientos de migrantes a abordar los vehículos, dándole prioridad a niños, madres, mujeres y personas vulnerables.

Según uno de los organizadores de la caravana de migrantes, el grupo sumaba unas 6.800 personas, aunque el jueves pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que sumaba solo 1.500 integrantes. 

El INM dijo que los migrantes deberán acudir a la Comisión Nacional de Ayuda a Refugiados para iniciar los trámites para actualizar su situación migratoria.

Informaron que los menores de edad serán puestos a disposición del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y de la Procuraduría de Protección a niñas, niños y adolescentes para indicarle a las autoridades migratorias los pasos a seguir en esos casos. 

México vive un aumento sin precedentes en el número de migrantes que buscan llegar a la frontera con Estados Unidos. 

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